¿Cómo te va en el amor?

Si cuando alguien te pregunta que cómo te va en el amor, tú raudo respondes:
—Mal, me va muy mal.—pregúntate: ¿Qué engloba el amor? ¿Acaso no el amor a nuestros padres, a la familia, a un perrito, a un amigo, a todo aquello que disfrutamos hacer? Y si vamos a profundizar, hay una pizca de amor en cada inimaginable rincón en la vida de cada persona, en lo cotidiano y en lo extraordinario, todo depende del cristal con que lo mires, ¿o no?

Es común relacionar el amor con una pareja, con el hecho de conocer a alguien que nos haga sentir el amor romántico y que nos saque de la zona de confort, que nos eleve al límite y que nos lleve a hacer cosas que no haríamos por alguien más. Me cuesta entender que hay quien vive esperando una persona especial para dar todo de sí mismo y ser su mejor versión, para atreverse a conocer nuevos lugares, para pasar la velada perfecta a orilla del mar mientras miran las estrellas, para hacer el amor. Hay quien vive esperándose.

Hoy me he despertado con la lluvia y el frío invernal, pretexto suficiente para quedarme en cama un poco más. Nadie negará que es un placer imperdonable no disfrutar. Alguien toca mi puerta con un sonido particular de cuatro golpecillos, creo que también han despertado con frío dos ojos grandes implorando que le deje pasar.

Me causa ternura que mi abuelo haya elegido un pastel exactamente igual al del año anterior y al que le precedió, porque sabe que el mango es mi predilección y el color rojo mi favorito, se deja de apoyar de su viejo bastón y enciende la velita mágica reciclada y entonces me canta:

Cariño que Dios me ha dado para quererlo […]
¡Ay, que dichoso soy!
cuando la escucho hablar
con cuánto amor le doy este cantar
¡Ay, que dichoso soy!
con ella soy feliz
¡viva su vida, mi cariñito que tengo aquí!

Le lleno de besos y este parlanchín hombrecito de gran corazón me envuelve en sus historias, mientras le preparo el chocolate caliente que tanto le encanta en días así, mientras a lo lejos se escucha un huapango y su piecito comienza a bailar al ritmo de la música…

Cuando me preguntan que cómo me va en el amor, no pienso en mis últimos fracasos amorosos ni en mi supuesta soledad, yo rápidamente pienso en mi abuelito, en sus preciosos ojos verdes, en sus manos rasposas tocando mis mejillas antes de salir a trabajar y en su silueta esperando tras la ventana a mi vespertino regreso.


Para: ACV